- Cultura cafetera
Grupo empresarial Nutresa Industria colombiana de café
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Si de alimentarse se trata, tenemos bastantes lugares a los cuales recurrir: restaurantes, supermercados, la cocina de nuestra casa, etc. El café, a diferencia nuestra, solo cuenta con el suelo y sus alrededores; sin embargo, allí encuentra una amplia oferta de nutrientes necesarios para crecer y florecer, pero que además le otorgan ciertas características especiales.
El suelo es la capa de materiales orgánicos y minerales en el que cualquier planta desarrolla sus raíces para obtener los nutrientes que necesita para alimentarse y producir el fruto. Además, este facilita el anclaje del cafeto y la absorción del agua que recoge.
El clima y la vegetación alrededor de la planta del café también son factores que influyen en cómo se alimenta e incluso en el sabor final de la taza que saldrá de este. Esta relación con el suelo es tan compleja, que granos de café que hayan crecido cerca a plantas de naranja, por ejemplo, podrán transmitir notas cítricas al ser catados.
Los suelos que se encuentran en lugares más altos, son más favorables para el cultivo del café, pues allí los vientos más fuertes y más húmedos, pueden facilitar la distribución de la materia orgánica que se halla en la tierra, lo que los hace mucho más fértiles.
Si eres de los que prefiere el plato hondo porque abarca más comida, ¡tienes algo en común con el café! Unas de las características que más favorece el cultivo del café, es la profundidad del suelo en el que se plante y con esto, la porosidad del mismo (ya te explicaremos qué es). Entre más profundo sea cultivada una planta de café, sus raíces podrán penetrar más fácilmente en busca de agua con una mayor concentración de ácidos favorables para su crecimiento sano. Por otro lado, la porosidad permite que el agua y el aire penetren en la tierra para ser absorbidos por las plantas. Los suelos ideales para el café son de porosidad moderada.