- Cultura cafetera
Grupo empresarial Nutresa Industria colombiana de café
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Para contarte la historia del café vamos a hacerlo de una forma distinta, presta atención.
No fue en la sala de un hospital, ni a las 9:43 y muchísimo menos en el verano de 1956. Mi vida ha sido un poco diferente y acá te la quiero contar. No nací entre lujos ni excentricidades, ese no es mi estilo.
Mi familia es especial, tal vez una de las más grandes del mundo, y eso que no somos una familia tradicional antioqueña que tiene ramas por todos sus pueblos, no, nuestras raíces llegan a todo el mundo y gracias a nosotros, miles de millones de personas tienen energía, ánimos y hasta una excusa para conocerse, pero acá te contaré más de mi historia por encima del resultado, pues ser la segunda bebida más consumida del planeta ya habla por mí.
Mi nacimiento es una decisión, decir que soy planeado es mi mayor orgullo. Cuando mi padre, un caficultor tradicionalista colombiano, decidió plantarme y crear un cultivo de café, sabía que el proceso no sería fácil, pero que el resultado valdría totalmente la pena. Aproximadamente 50 centímetros se necesitaron para que mis raíces gruesas se pudiesen expandir por los suelos, obviamente, antes de esto estuve en una etapa llamada germinación, algo similar al embarazo en los humanos, donde por cerca de dos meses comencé a formar mis bases.
Múltiples factores deben ser tenidos en cuenta por mi caficultor en mi cultivo de café, la altura sobre el nivel del mar en la que viviré, si estaré a la sombra o al sol, las lluvias que me acompañarán y el tipo de suelo en el que creceré, pero eso se lo dejo a ellos, como unos padres que antes de tener a su hijo ya planean un nombre, compran su cuna y hasta ahorran para su universidad, solo que a otra escala.
Puede que me tome hasta 4 años alcanzar mi máximo potencial, tómalo como si fuera mi preescolar, primaria y secundaria, donde aprendo sobre mis condiciones, conozco mis habilidades y lucho siempre por dar lo mejor de mí, pero luego de esto, hasta 20 años, podremos caminar de la mano para llegar a millones de personas.
Todo este tiempo estoy dando mi máximo esfuerzo para lograr llegar a mi madurez, donde el color rojo y amarillo en mi piel será la clave para decidir si puedo salir de casa o si debo pasar un tiempo más, a esto se le llama cosecha. Manualmente, miles de personas ingresan a los cafetales a buscarnos para luego pasar, ahora sí, a un proceso mucho más avanzado donde diferentes manos y factores influyen en mi vida.
El despulpado, realizado tradicionalmente en despulpadoras, aunque existen cafeteros que puedan usar métodos más avanzados, es el comienzo de este camino, luego de ser fermentado, lavado y secado, en muchas ocasiones en los techos de las fincas cafeteras y en otras en complejas máquinas que cumplen esta función, mi camino comienza, una vez más.
Dependiendo de los sueños y metas de mi caficultor y del cultivo de café serán mis próximos días de vida. Mi suerte será definida en las grandes plantas de las principales ciudades donde pasamos por procesos cuidadosos de trilla y tostión, aunque todos podemos vivir etapas distintas.
Algunos nos bronceamos por más tiempo para así otorgar diferentes sensaciones, otros son molidos. Luego, algunos empacados en grano y hasta, en algunos casos, pasamos por el frío para ser liofilizados, es todo un mundo difícil de explicar que solo sabría relacionarlo con la vida misma, donde las decisiones propias y de terceros van moldeando nuestro camino.
Mi vestido es importante dentro de esta historia del café, pues en un mundo donde las apariencias engañan, el mío no puede hacerlo. Mi ropa decidirá si soy un café instantáneo, molido, granulado o en grano. Esto servirá para que las personas que me quieran acompañar en mis últimos momentos me pueda dar la vida que merezco.
Llegar a una nueva casa siempre es algo lindo, y si es la casa de un Apasionado por el Café es muchísimo mejor. El camino desde el cultivo del café hasta mi hogar fue largo. Dependiendo de mis condiciones podré tener una forma distinta de llegar hasta tu taza, pasando por cafeteras francesas e italianas e, incluso, por tradicionales ollas que sacarán nuestras mejores notas y sabores. Los métodos de preparación son esenciales para que todo mi proceso culmine de la manera ideal, en la taza de café más deliciosa.
Sea en el desayuno, antes del almuerzo o en la noche para tomar energías, es en una taza donde mi vida llega a su fin para dar vida a los humanos. Desde el cultivo de café hasta ser un motivo de alegría y de encuentro, mi vida es noble, de servicio y entrega, pero vale totalmente la pena.
Cada vez que vayas a tomar una taza de café recuerda los esfuerzos que todos los granos hacemos, las condiciones adversas que superamos, los largos caminos que transitamos y así podrás, sin lugar a dudas, disfrutar del café como nunca antes lo has hecho, como un verdadero Apasionado por el Café que conoce la historia del café.
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